A collection of bullshit and my thoughts

Wednesday, 15 September 2010

Sobre Nombres, Nacionalidades y otras convenciones inecesrias... o Que viva Vicente Nario

Y aqui estoy, el filosofo del cafesito (Mas bien de la chelita)
nuevamente haciéndome una chaqueta mental al imaginarme
como como cambiar al mundo y creyendo en la validés de
mis argumentos.

Mi Nombre es Minoru, mejor conocido como chino, chinito, 
Japonés, Pollo, Japo o a veces simplemente wey, dude, cabrón
o alguna variante impersonal... Y en realidad esto no me molesta
(tal vez antes si), ultimamente he pensado en la inecesariedad
de un Nombre, y por que no?, de un apellido, en realidad, 
las únicas personas que quisiera que me reconocieran son 
aquellas a las que les tengo cariño (o por lo menos me 
simpatizan o  aportan algo positivo a mi vida) y bueno, mis enemigos
(mas para infundirles miedo que para otra cosa... hehe).

Un Nombre es (por mas original que sea) una denominación 
común de ti ante el mundo. Y me pregunto, Necesito 
en realidad que la gente que no me importa conozca mi denominación?
For all they care, podrían estarme llamando por mis atributos
físicos, mentales o espirituales... They are doing it already anyways.

Para muchos su nombre es una parte muy importante de lo que los
define como personas o miembros de la sociedad, pero yo 
prefiero ser conocido como ese wey chingón que hizo esto (o no), 
que por Minoru Tsuru, apellidos? Bah! Si me definiera lo
que hizo mi padre o abuelo, bueno, que hueva.

Ahora, supongo que la nacionalidad tiene un mejor propósito, 
tu sabes, identificarte como conjunto, como parte orgullosa de un grupo 
de estereotipos inútiles como tu:

- Soy Mexicano, un huevón y alcohólico, 

- ah! no mames yo soy huevón y alcohólico también, pero soy Irlandés.

No me voy a meter en el rollo intelectual, no voy a escribir
una disertación sobre como Mexico requiere redefinir su concepto de 
Nación o nacionalidad (Aunque sinceramente creo que lo necesita), 
ni pretenderé tener el conocimiento de como se podría lograr esto.

Hoy odio el Bicentenario, esa sensación plástica de sentirse 
orgulloso de pertenecer a este grupo pasivo, corrupto y violenta que 
es México (con mi propia pasividad, corrupción y violencia).

Hoy No propongo nada, hoy simplemente quiero exponer 
mi descontento  y mi repudio, porque pensar en soluciones 
puede que solo me hunda en depresión...

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