En un mundo donde estornudar es ilegal, y al ser sorprendido en el mucoso acto te dictarían acto de formal prisión, con veinte años sin derecho a fianza; las cárceles se vieron abarrotadas y sobre-pobladas justo después de un brote de influenza. Mas del treinta y cinco por ciento de la población fue encarcelada, y en el momento en que los pañuelos desechables no se necesitaron mas, la gente se levanto en armas para exigir su libertar a excretar mucosidad por la nariz. Un movimiento global, que sobra decir, colapso la sociedad como se conocía.
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