A collection of bullshit and my thoughts

Friday, 19 October 2012

Sobre Ellos

El momento en el que se conocieron no llego de manera fortuita, el había escuchado de ella en incontables ocasiones. La vida lo había llevado al mismo país donde ella estaba enclaustrada. La decisión de conocerla no salió de el, a decir verdad cargaba un paquete para ella y solo estaba haciendo un favor, aunque el en realidad no lo veía así, la curiosidad lo mataba, y después de un tiempo decidió empezar a pensar que esta era su idea (no le gustaba hacer cosas que no fueran idea suya) y poco a poco esta idea se convirtió en obsesión y mientras mas se acercaba el día mas emocionado estaba.

Ella estaba desconectada de las situaciones mundanas desde hacia ya mucho tiempo. Lo que sucediera fuera de esas paredes no le concernían en lo absoluto. Y lo que al principio parecía difícil, el desapego, poco a poco se convirtió en rutina y de pronto, ya no pensaba en el mundo, salvo las pocas veces en que hablaba con su familia (mas por ellos que por ella) y leía y contestaba las cartas de sus amigos. Sumida en el rezo y la contemplación espiritual, con las repetitivas tareas de limpieza para entretenerse.

El día llego, el tomo el teléfono y marco para hacerle saber a ella que la iría a visitar pronto. Que llevaba un paquete importante para ella.

Ella sonaba genuinamente sorprendida, sabia quien era el, pero nunca imagino que lo conocería. Acordaron una hora y se despidieron.

El rentó un coche, y en poco tiempo estaba rolando en la desolada carretera con las noticias en el radio de fondo. No podía poner atención a nada de lo que escuchaba, enfrascado en sus pensamientos, imaginando mil escenarios distintos del momento que estaba por suceder. Cuatro horas pasaron y después de perder el camino un par de veces y una parada rápida para comer y beber algo esas cuatro paredes sin futuro estaban frente a el.

Este era un día especial en el claustro, hoy recibían a una nueva integrante de la comunidad, había mucha gente y un ambiente algo festivo; el no entendía el porque de la festividad del día, and it was bound to get worse.

Ante el apareció la descuidada figura de una niña escondida bajo gruesos mantos de, ¿Mezclilla?, una mirada perdida bajo un par cejas pobladas y desaliñadas, una gran sonrisa blanca. Pero de alguna forma extraña solo su boca sonreía, sus ojos se mantenían perdidos e inexpresivos.

Ella escogió un lugar apartado para platicar, en su mente pensaba que le diría primero, ensayaba un poco mientras caminaban. Por horas hablo sobre "el llamado" de como llego ahí,de como había encontrado todo lo que por años había buscado, repitiendo incansablemente lo feliz que estaba ahí. Sin tratar de convencer a nadie ( o tal vez si ), tan solo cumpliendo con uno de sus deberes; contar su historia y ofrecer guía a aquellos lo necesitasen (¿Solicitasen?).

El escuchaba con atención, haciendo un gran labor de tolerancia, librando una gran batalla con su voz interna que le gritaba al oído: 

(* ¡¡¡¿Que putas es esto?!!! ¡Vete ya!)

A decir verdad concordaba un poco con lo que ella decía, y se relaciono con el concepto de la búsqueda. Sin embargo, la religión y el encierro eran dos cosas que el no soportaba. Sentía que era su deber hablarle a la gente de sus viajes y el mundo, pero inconscientemente decidió que no tenia ningún deber y se limito a malabarear entre sus pensamientos y lo que ella decía, escupiendo ocasional mente un "aha" o un "claro" y en contadas ocasiones un par de ideas laicas que el creía que ella no encontraría ofensivas.

Prosiguieron la visita en el locutorio, las hermanas sentadas en un lado, la gente común en el otro, las festividades del día revolvían al rededor de una niña de 16 años que tomaba los hábitos hoy. El se sentó en la parte trasera, casi escondiéndose, y observando todo con ojos furtivos.

La familia de la niña estaba extasiada, lloraban de felicidad, uno a uno pasaban el microfono y decían algo, un baile, back and forth, preguntaban a las hermanas sobre la vida y ellas contestaban fingiendo expertamente una sabiduría mundana:

- ¡Su decisión ha renovado nuestra fe! - Decía el hermano.

(* Seriously?!?!?!)

- No podríamos estar mas felices. - Decía la madre

- ¿Que hacer cuando nada esta funcionando en nuestras vidas?. - Preguntaba la tía

- Apoyarnos en nuestra fe. - Contestaba la monja

- ¿Y que hacer en los momentos de sequedad?.- Rápidamente pregunto el Tío.

- Oración. - Contesto la monja

- ¡Jesus es mi pastor!.- Las guitarras y panderos empezaron a sonar. Cantaron.

Una repentina nausea le invadió, no podía permanecer un momento mas en este sitio. La busco entre un mar de figuras descuidadas y mezclilla, su mirada perdida e inexpresiva, su gran sonrisa blanca. Le indico con la mirada que se iba.

Se despedirían, ella se quedaria enclaustrada y el seguiría viajando por el mundo. Se irán (o quedaran), sin aprender nada, sin cambiar. Nunca se volverán a ver.



Sobre El


Sobre El

Su visita al mundo cayo de sorpresa. Nadie lo esperaba, ni su joven madre ni su viejo padre. Una pareja que no estaba en sincronía, una pareja que no estaba lista, una pareja que decidió separarse poco antes del arribo de el. Permanecerían siendo buenos amigos, pero solo eso.

Su madre se convenció poco a poco de que lo mejor que podía hacer era criarlo lo mejor que pudiera (y que opción realmente tenia, viniendo de una familia a la antigua). Su madre trabajo duro para que no faltara nada, y nada falto, su niñez nunca estuvo llena de lujos, pero al mismo tiempo fue lo suficientemente buena para que creciera feliz.

Siempre tuvo amigos, pero de alguna manera se sentía aislado de ellos, le gustaba conversar, discutir, y sus amigos realmente no le ofrecían platicas inteligentes ni la controversia que el tanto disfrutaba.

Creció en una casa que se pudiera considerar espiritual. Su madre, abuela y familia habían tenido una búsqueda casi obsesiva por llenar un vacío espiritual, probando aquí y allá, católicas, apostólicas, metafísicas, numerólogas, astrólogas, cabalísticas y un sinnúmero de otras escuelas espirituales, así como todas las combinaciones y permutaciones imaginables de todas ellas; poco a poco fueron coleccionando secciones... formando algo que solo ellas entendían. Y en algún momento esto le funciono, que tan difícil puede ser espiritual cuando se es niño, uno se lo cree todo, y cualquier explicación fantástica suena lo suficientemente creíble.

Solía orar cada noche antes de dormir, meditar por las mañanas y pedir cuando necesitaba algo, algunas veces se cumplía, algunas otras no... Y la curiosidad empezó a ganar: ¿De que dependía el que se cumpliera algo o no? ¿Habría alguna diferencia si no orara, meditara o pidiera? Concluyo después de mucho experimentar, que lo que estaba haciendo, era una perdida de tiempo.

¿Y entonces que? ¿Estaba solo en el mundo? Es un poco egocéntrico pensar eso, sabia que algo estaba ahí... Solo que su pequeña existencia en realidad no importaba en lo absoluto a aquello que estaba ahí.

Un gran vacío se revelo dentro de el. Leyó sobre espiritualidad; no encontró nada interesante, leyó sobre religión; no encontró nada interesante, viajo incansablemente; encontró muchas cosas interesantes pero nada que llenara ese vacío. Pasaba sus días dedicandolos a sus pequeñas obsesiones, cualquier cosa que le llamara la atención, aburrido, lo que sigue.

Fallo en entender que ese vacío nunca se llenaría, que era la motivación para seguir encontrando cosas, que al final, ese era el punto, la búsqueda... Aunque si se hubiese dado cuenta, todo el concepto habría perdido todo el sentido.

Sobre ella

Cuando ella nació, fue un momento de gran expectativa, sus padres le habían planeado desde el día uno, el mas pequeño de 3, y el único hecho con toda la intención. Sus padres, católicos de hueso colorado habían rezado por mucho tiempo, habían hecho mandas y habían pedido a todos los santos que intercedieran por ellos para tener a un varón, el orgullo de la familia. Después de mucho intentar, quedaron embarazados, pero nueve meses después recibieron la peor noticia que podrían haber recibido... Otra niña.

La decepción duro muy poco, sus grandes ojos miel y su penetrante mirada los conquisto en un par de segundos, aunque siempre hubo un pequeño resentimiento entre los padres por no haber tenido un varón.

Creció en una casa llena de reglas y religion. Algo muy común en una casa Mexicana. 

Su infancia fue sencilla, aprendió que si toleraba la religión (rezando cuando tenia que hacerlo, y asistiendo a misa todos los domingos por la mañana) y se adaptaba a las reglas, podía obtener prácticamente lo que quisiera, su padre era un hombre de negocios que no escatimaba en gastos para sus hijas.  Su pasión era el cine y los libros, tenia una sed insaciable de ellos, y aunque muchos de esos libros o películas podrían ir en contra de lo que sus padres creían, nunca le prohibieron ninguno...ellos en realidad no le prestaban mucha atención, sus reglas eran superfluas. 

Siempre fue una persona de gustos fijos y sencillos, con una casi obsesión por lo que le gustaba y una falta de interés casi total por el resto del mundo. Conoció el mundo a través de la tinta de los libros y las pobres imágenes plasmadas en la pantalla, sin embargo, nunca experimento las ganas de realmente conocer el mundo sin un marco de referencia de 35 mm, o una fuente Times New Roman.

Siempre sintió que algo faltaba en su vida, aparentemente buscaba obsesivamente algo en sus libros y películas; algo que nunca encontró. Algo que la hiciera sentirse mas allá de esta existencia; algo que nunca encontró. Algo que la hiciera sentirse completa; algo que nunca encontró.

Esta búsqueda se concentro en pocos lugares, en sus pequeñas obsesiones. Y busco hasta el cansancio, y tal vez esa es la palabra adecuada para definir ese momento a sus 17 años, cansancio. A veces la vida tiene formas raras de entregarnos lo que necesitamos, de manera fortuita. Fue en ese momento en el que ella visito el convento... Y por primera vez en su vida encontró ese algo que le hacia falta. 

Aunque probablemente este encuentro no fue del todo fortuito (¿o si?), pareciera que estos últimos años todas las cosas se hubieran alineado para enviarla a este sitio... O tal vez simplemente, cansada de seguir buscando, se convenció a si misma de que lo que buscaba estaba ahí... 

Una vida sencilla (¿o no?), horarios definidos, tareas definidas, y lo mas importante: tiempo y guía para escudriñar lo mas profundo de su ser en busca de eso que le hacia falta (momento, ¿Buscaba como buscar?); Nunca lo encontró. Falló en darse cuenta que la respuesta era irrelevante, que lo que le hacia falta no era algo en particular, sino la búsqueda en si. Aunque si se hubiera dado cuenta, todo el concepto habría perdido todo el sentido y habría fallado de cualquier forma.

Friday, 14 September 2012

Sobre Rolando... o la historia de un vagabundo/a




Mi nombre es Rolando, este vestido rojo que llevo puesto, y que no favorese a mi figura en lo mas minimo lo encontre en un bazar, me costo poco y le tengo un gran cariño no me mal interpretes, no es que quiera ser mujer, ni mucho menos.

Naci en un pueblo muy cercano, mis padres tenian una tienda, no nos iba mal, nunca nos falto comida ni techo.

En una noche de desesperacion, y frio, decidi mandar a la mierda mi pena e inhibiciones y me puse el vestido, al final, era una capa mas de ropa que podria hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

La vida de pueblo era buena, pero yo queria mas, me mude a la ciudad a los 17 y empece a asistir a la universidad, tome muchas clases, nunca me registre, supuse que lo importante era aprender mas que el titulo que pudiera obtener.

El maquillaje que traigo es solo para que combine con mi vestido.

Pronto me aburri de la universidad, quisiera poder decir que cai en las drogas y por eso estoy aqui... pero no, fue solo una serie larga de malas decisiones, muy malas desiciones.

Uso estos tenis porque son los unicos que me permiten caminar, como podras ver, cojeo del pie izquierdo, un estupido accidente del cual no te dare detalles. Quisiera usar unos zapatos de tacon rojos.

La vida me dio de golpes, y un dia decidi no intentarlo mas.

Este sombrero lo encontre en la basura y creo que le va muy bien a mi vestido.

Hoy junte unas monedas para comprar una hamburgesa de Mc.Donalds, mañana no usare mi vestido rojo.

Sobre los tonos que tiene Madrid, o el intento barato de analizar españa en un dia...



Hoy no quiero turistear, no quiero ir a museos o "sitios de interes", quisiera poder que esto es porque la conozco muy bien, pero no, despues de muchas horas sin dormir,y finalmente conciliar el sueño por un par de horas,  Madrid me despertó con un tono gris, un tanto depresivo.

Desperté temprano, y salí a caminar, dispuesto a entrar al Museo del Prado a ver a Goya (hay algo en las sombrias pinturas de Goya que siempre me ha atraído), sin embargo las caras que pasaban junto a mi en el camino me hicieron pensar que no habia que pagar para entrar a un museo para ver caras sombrias, meditabundas, sufriendo, pretendiendo que todo esta bien.

Siempre he visto a los españoles viejos como personas muy duras, personas forjadas en tiempos dificiles que salieron adelante, y eso se refleja en la expresion de sus caras, y a los españoles jovenes como esos niños sin preocupaciones que gustan de un buen tiempo, pero hoy, cinco años despues de mi ultima visita, esta diferencia que habia en mi mente esta desapareciendo, veo una juventud española que se siente perdida, desesperanzada... Hoy vi muchas caras tristes y pensativas, una ciudad con una vibra distinta.

Hoy vi a una generacion completa preguntarse sobe el futuro...